Para Amaia
Supe de tu partida viajando
feliz hacía el mar.
Supe de tu despedida a pocos metros
de llegar al mar.
El mar me recibió enfurecido, irritado,
llenando de espuma blanca mi tristeza. Sin embargo se
apiadó de mi y deslizó suave, como una caricia, una
ola en la que pude depositar una flor y un beso.
Ahora es tiempo de duelo, las lágrimas se funden con
el altanero levante que hiere mis mejillas y enreda mi
cabello.
Es hora de decirte adiós.
Aquí en el mar, aquí en mi corazón, dejando que el viento
sea cómplice en mi recuerdo.
Txaro Begué ( Abril 2017)
domingo, 30 de abril de 2017
martes, 4 de abril de 2017
En el silencio.
El sonido frágil de tus palabras
murió al poco tiempo de morir tú.
El sonido efímero de tus silencios
murió al poco tiempo de morir tú.
Tallé con manos heridas sobre
la piedra ancestral que juntos dispusimos
el dibujo de tu nombre, protegido por un círculo
eterno que dure lo que al menos dure mi
memoria.
La tierra, las piedras, el viento enfurecido,
la lluvia, la niebla, el rumor del río, el sol y la luna
recogieron palabras y silencios.
A veces siento que la lluvia me sorprende
con tu voz.
En ocasiones el sol tibio de primavera desliza
silencios conocidos.
Entonces reconozco tu esencia
entiendo la transcendencia y me siento
dichosa, libre, eterna.
Txaro Begué ( Marzo 2017)
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