Para Amaia
Supe de tu partida viajando
feliz hacía el mar.
Supe de tu despedida a pocos metros
de llegar al mar.
El mar me recibió enfurecido, irritado,
llenando de espuma blanca mi tristeza. Sin embargo se
apiadó de mi y deslizó suave, como una caricia, una
ola en la que pude depositar una flor y un beso.
Ahora es tiempo de duelo, las lágrimas se funden con
el altanero levante que hiere mis mejillas y enreda mi
cabello.
Es hora de decirte adiós.
Aquí en el mar, aquí en mi corazón, dejando que el viento
sea cómplice en mi recuerdo.
Txaro Begué ( Abril 2017)
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